Bellamy Wayne O' Malley

UNRAVEL THE WORLD
REMEMBER ME


El inspector Edgard Wilde era uno de los mejores agentes del FBI. Especializado en perfilación criminal, se ganó cierta fama dentro del cuerpo por ayudar a resolver varios casos relacionados con asesinatos en serie. Sin embargo, hubo un asesino al que nunca pudo atrapar, un caso que no consiguió resolver.

Después de un accidente tras el cual perdió la memoria, sus superiores decidieron que, en parte, se había ganado la posibilidad de tener una vida normal, de forma una familia, y le mintieron sobre su identidad y su pasado. Su compañero, Bellamy O'Malley, con quien el inspector empezaba a compartir algo más que trabajo, aceptó con amargura el nuevo destino de Edgard, quien, convertido en Christopher Barton, se mudó y encontró empleo como analista financiero en una gran empresa en la que ha trabajado ya más de diez años.

En el cuerpo, sin embargo, nadie ha olvidado al joven inspector que fue una promesa. Mucho menos ha podido olvidarlo Bellamy, especialmente después de que un ser querido apareciera muerto en su casa. Las pistas apuntan a que se trata de ese asesino con el que no pudieron dar y, sin esperar permiso, pone rumbo a Chicago en busca del único que podría atrapar al culpable de tantas muertas.


PERSONAJES


E. Christopher Barton
42 AÑOS - HUGH DANCY - NIGHTINGALE

Bellamy O' Malley
36 AÑOS - NICK BATEMAN - MOONY

1X1 - ORIGINAL

[CAPITULO 1]
BELLAMY O' MALLEY - CHICAGO - CON CHRISTOPHER

Debía actuar en cuanto pudiera, ya no podía esperar más, si bien aquel asesino tenía maneras de dejar pistas de su rastro desde que Chris había abandonado su puesto de trabajo el jamás había querido hacerse cargo de un caso de este hombre. No creía ser capaz de desentrañar el misterio de los asesinatos en su haber. Pero aquello era diferente. No había sido cualquier mujer la que habían encontrado, con la marca en espiral en su sien señal de que era el, que luego de años sin aparecer volvía a sus fechorías. Esta mujer había sido su mejor amiga y Bellamy había sentido su muerte tanto como si se tratara de su hermana de tanto que la estimaba.

Luego del velatorio y la despedida se había hundido por un par de días en la amarga sensación de abandono digna de alguien que no deja de perder seres queridos. Se había emborrachado. Había intentado darles vueltas al rompecabezas de pistas que tenía pero nada sacaba en claro. No encontraría a ese maldito asesino sin Edgard. Y Edgard ni siquiera se acordaría de él.

Por no mencionar que la relación que ambos habían tenido no había sido meramente profesional. Habían sido bastante más que ello y no era algo que O' Malley pudiera olvidar fácilmente.

Y era por ello que se había levantado ese lunes temprano convencido de que debía volver a ver a Ed, ahora Chris y pedirle ayuda para resolver ese crimen.

Habían sido dos horas en avión desde Washington a Chicago. Dos horas que se imaginaba ese encuentro de diferentes maneras. Tenía la dirección, un hospedaje cerca de la casa de su viejo amigo y dinero suficiente para un par de noches. Y nada más, bueno si, tenía una ligerisima esperanza de que el lo reconociera. Al llegar frente a aquella casa se acomodo la chaqueta de cuero, un poco el cabello, tomo aire un momento y golpeó la puerta, solo esperaba que se encontrara en casa.

CHRISTOPHER BARTON - CHICAGO - CON ¿QUIÉN?

A aquellas horas del día siempre le sucedía lo mismo: se sumía en una especie de sopor del que le costaba escapar. Y desde esa sensación, que le hacía sentirse como si la vida que llevaba no tuviera el más mínimo sentido, observaba el mundo como atrapado en una nube que hacía que todo pareciera borroso y confuso.

Intentaba paliar la sensación con la rutina: sacaba al perro, se duchaba y se centraba en preparar la cena. Cuando aquel día su antigua vida llamó a la puerta, Christopher se encontraba en el segundo paso de aquel ritual, dejaba que el agua caliente cayera sobre él mientras una vocecita le decía que debía salir ya y dejar de desperdiciar los limitados recursos del planeta. Pero de algún modo no conseguía moverse. Aquella sensación, como lluvia suave pero persistente, de que todo daba igual, pesaba sobre él lo suficiente como para impedirle dar un paso para cambiar esa situación.

En la planta de abajo, su pareja, abrió la puerta, sorprendido por el aspecto que ofrecía el chico de su porche y de tener visita a esas horas. Arthur le ofreció su mejor sonrisa al que era, sin saberlo, un viejo amigo de su novio:
—¿En qué puedo ayudarle? —preguntó en tono amable mientras trataba de sujetar a su perro, Neo, para evitar que molestara al otro hombre.

Quizás se había perdido. Sin duda no era de aquel barrio, pero, ¿quién sabía?

Al escuchar la puerta a aquella hora tan desacostumbrada, Christopher se esforzó en salir de la ducha. Se puso unos pantalones de chandal y una camiseta y bajó los escalones con cierta parsimonia. Lo vio desde allí, y algo en él se puso en marcha de forma automática, empujándole a acercarse a él, como si le conociera, como si lo hubiera estado esperando.

Pero al mirarlo por fin, desde detrás del hombro de Arthur, tuvo que resignarse a admitir que no lo había visto en su vida.

BELLAMY O' MALLEY - CHICAGO - CON CHRISTOPHER

Quizás no sabía porque le había parecido buena idea el ir a aquella casa luego de tantos años sin verlo. Que se creía? Que el tipo aquel le abriría la puerta y se le tiraría a los brazos? Nada de eso. No siquiera similar. Quien le había abierto la puerta era un hombre diferente, sosteniendo un perro que parecía quererlo comer y peor aún, el rostro que había deseado ver por tanto tiempo se había asomado detrás del otro tipo, su mirada sin ningún tipo de reconocimiento sobre su persona.

Y aquello fue todo, el comenzó a sentir que le faltaba el aire y que aquello era una pesadilla peor de la que había vivido esa semana. Edgard estaba con otra persona, había rehecho su vida, había continuado adelante.

Bellamy dio un paso había atrás sin saber que decir, era extraño ver a un hombre de su porte, su vestimenta siempre ruda sin saber que hacer o que decir. - Creo que me he equivocado de dirección.. - murmuró entrecortado. De verdad había dicho eso. ? En ese momento se sentía perdido y sin rumbo y creía que su asma iba a dispararse. El moreno se dio la vuelta y comenzó a caminar por la calle mientras rebuscaba en su mochila con torpeza su inhalador, no podría haberlo olvidado.

CHRISTOPHER BARTON

Esperaba que resolviera el misterio al hablar. Que se presentara como un viejo compañero de instituto, alguien a quien hubiera visto una vez al menos, tal vez mucho tiempo atrás, cualquier cosa. Pero el hombre simplemente dijo que se había equivocado y retrocedió. Christopher lo observó, intentando atrapar cualquier detalle de su rostro que le ayudara a averiguar por qué una parte de éllo sentía familiar, pero el otro desapareció a bastante velocidad.

Y eso empujó a Chris a hacer algo que nunca hacía: seguir un impulso. Le dijo algo a Arthur para tranquilizarlo y salió tras él. Nada más acercarse se dio cuenta de que el otro no se encontraba bien del todo. Sin querer tocarlo, por si lo incomodaba, lo rodeó con suavidad, con movimientos suaves, como si se acercar a un animal salvaje herido y no quisiera asustarlo:
—Perdone, ¿se encuentra bien?

Buscaba esos ojos, esos ojos que le parecía conocer, pero cuando rebuscaba en su memoria no encontraba nada.

Quizás su intuición le fallaba, tal vez solo sabía analizar movimientos de mercados y distintos tipos de inversión y no se le daban bien las peronas:
—Quizás pueda ayudarle. A encontrar la dirección que busca —propuso en tono amable, tratando todavía de buscar su mirada.

BELLAMY O' MALLEY

De verdad creía que iba a reconocerlo. Era un idiota. Bellamy esquivo una motocicleta al bajar a la calle mientras buscaba el inhalador y lo presionaba contra su boca intentando respirar y que su pecho se abriera nuevamente, hacia mucho tiempo no tenía un ataque como aquel. El moreno se agarró la cabeza mientras seguía caminando sin rumbo hasta que alguien lo freno y el se volteó rápidamente.

Edgard estaba frente a él. No. Christopher. Él era Chris, el de Chicago, el del perro y la familia. No su Ed.

- Lo siento.. ya lo he encontrado.. - el no lo miró a los ojos, solo le presento su placa del FBI. - Recuerdas esto? Tengo un problema, señor Barrón y ed el único que puede ayudarme.. - le dijo levantando la mirada, quizás ahora el le miraría como si estuviera loco pero era lo justo. Allí, en su nueva vida el no encajaba ni un centímetro. Pero debía pensar en Aizoh, su mejor amiga, debía pensar en la justicia para ella y olvidarse de los sentimientos que, a pesar de los años aún vivían dentro suyo.

CHRISTOPHER BARTON
Cuando dijo que ya lo había encontrado, por un momento pensó que él simplemente se había comportado de forma extraña siguiendo a un desconocido fuera de su casa. Seguramente Arthur estaría preocupado, preguntándose si todo iba bien. Debería volver con él. Y, sin embargo, algo le hizo quedarse donde estaba.

Al ver la placa del FBI algo se removió en su interior. Le pareció que estaba manchada de sangre, pero esa salpicadura solo estaba en su cabeza y desapareció cuando él parpadeó. Se llevó una mano al rostro, que escaló hasta su frente y terminó por desordenarle el cabello.

Lo observó, intentando obtener más información de sus ojos que de sus palabras.

Una persona normal seguramente se habría asustado, temiendo esa placa y lo que significaba: que algo iba mal en esa parte del mundo en la que nunca pasaba nada, que quizás había un criminal suelto, que quizás había pasado algo malo a uno de sus seres queridos.

Sin embargo, su propia reacción le parecía extraña. Era como si le trajera malos recuerdos, y eso le llevó a cuestionarse cosas en las que no había pensado hasta entonces:
—Yo... no soy policía —dijo al fin. Era la respuesta más sensata de todas las que se le ocurrían— ¿Cómo iba a... poder ayudarle?

BELLAMY O' MALLEY
Olvidarse de sus sentimientos. Eso debía. Pero volver a ver a Edgard con otro hombre había abierto una brecha bastante profunda en su pecho y no sabría si podría cerrarla para pensar en frío sobre el asesino al que debía atrapar. Y el "no soy policia" no lo ayudaba demasiado.

- Si, lo siento, está seguro que no lo recuerda? Nada? - "No me recuerdas, Chris?" quería decir pero las palabras no salieron, no eran tan egoista como sus conocidos creían. Christopher tenía una vida armada y feliz y no necesitaba romper esa burbuja que le habían creado. - Hay un asesino suelto, y ha matado a alguien que quería mucho.. y necesito ayuda pero quizás he venido al lugar incorrecto, sabe si hay alguna habitación que me pueda quedar en el vecindario? - Necesitaba ir despacio, dejarlo pensar, dejarlo recordar. - Él se metió la mano donde los bolsillos de la billetera. - Creo que me han robado el dinero en el aeropuerto, maldición.. - murmuró, casi para si, aunque era parte de su treta, si aun conocía a ese hombre sabía que no lo dejaría vagar por allí luego de verlo. O quizás ya no era así..

- Mi nombre es Bellamy O' Malley.. quizás conozca algún refugio para pasar la noche cerca.. - se presentó por fin. Su mirada oscura puesta en los ojos celestes de su ex compañero, pidiendo un mínimo de reconocimiento.

CHRISTOPHER BARTON

Era obvio que ahí había gato encerrado. Los ojos de ese chico esperaban algo de él, algo que no podía darle, pero que sentía que debería poder devolverle. Había ido a buscarle allí, solo había mentido al decir que se equivocaba. Y seguía insistiendo, y volvió a mentir, o eso le pareció... quería algo de él. Quedaba averiguar si era algo bueno o malo, pero no veía maldad alguna en los ojos de aquel chico, solo desesperación y nostalgia.

Al menos, había algo en lo que sí que podía ayudar:
—No creo que a Arthur le guste que meta un desconocido en nuestro sofá. A mí no me importaría, pero... le acompañaré al hostal más cercano. Espere aquí —pidió.

Debía volver a casa y darle algún tipo de explicación a Arthur que, sin duda, se preocuparía. Pero no quería mentirle y cuando se encontró de nuevo en casa no supo qué decir. Por una parte sentía que estaba ayudando a un amigo, pero sabía que aquello no era cierto. No conocía a ese chico. Claro que no conocerlo ahora no implicaba que no lo hubiera conocido antes.

Antes del accidente. Pero si trabajaba para el FBI, era bastante poco probable que hubieran coincidido. Aún así, las implicaciones de todo aquello no lo dejaban descansar.

Habló con su pareja, cogió algo de dinero y una chaqueta y salió tras Bellamy:
—Vamos. Yo le prestaré el dinero para el alojamiento. Lamento no poder ayudar. Y siento mucho que haya perdido a alguien cercano. Siempre me han dicho que soy muy bueno con los juegos de lógica y los acertijos pero... eso es lo más cerca que voy a estar de resolver un crimen. No creo que le sirva, pero... ¿podría darme... más detalles del caso?

BELLAMY O' MALLEY

Mmh, bien. Solo debía esperar, quizás lo hubiera reconocido. Había bastante esperanza enterrada en el pecho de Bellamy. El hombre lo dejó marchar y se quedó apoyado en un árbol, esperaba poder dar con ese asesino y dejar a Christopher con su nueva vida. Era lo que merecía. Le doliera lo que le doliera.

Cuando el hombre regresó su sonrisa leve se desvaneció, solo le prestaría dinero para un hostal, por supuesto, sonaba lógico. A quien se le ocurriría meter a un loco a dormir al sillón de la casa? El asintió comenzando a caminar con Christopher.

- Quizás puedo contarte un poco de las pistas que tenemos, si es que eres bueno en eso puedes servir, sin ser policia.. - le explicó mirando al frente, manteniendo su chaqueta cerrada por el viento mientras se dejaba guiar por el vecindario. - En un buen sitio para estar tranquilo no? Chicago digo.. Nueva York es un hervidero en estas fechas.. vengo de allí, conoces? - preguntó, se animó a curiosear en lo que Chris conocía y lo que no.

CHRISTOPHER BARTON

—¿Nueva York? Nunca he estado allí —admitió con una sonrisa insegura. Hacía algo de frío, había hecho bien en cogerse una chaqueta.

Pero siempre que respondía a ese tipo de preguntas le daba la sensación de que mentía. No podía saber si había estado en una ciudad concreta, porque no se acordaba de gran parte de su vida antes del accidente:
—Pero Chicago no está mal. Este barrio suele ser tranquilo, nunca ocurre nada. Aunque, como en todas las ciudades grandes, hay peligros en todas partes, incluso si no vemos que están ahí... —Christopher tardaba entre poco o nada en ponerse filosófico, especialmente si se sentía cómodo con su interlocutor.

El problema era que ni siquiera conocía a ese chico, ¿por qué, entonces, estaba así con él? Era como si su voz le dijera mucho de él, aunque no ocurriera lo mismo con su rostro.

O quizás eran imaginaciones suyas. Siempre había tenido una gran imaginación, seguramente demasiada:
—Me gustaría oír esas pistas, sí. Al menos no sentiré que le mando de vuelta con las manos vacías —en realidad tenía otra razón para querer estar con Bellamy.

Aunque pareciera absurdo, quizás conocía algo de su pasado.

Por un momento, se detuvo, en medio de la calle, sin habla, ¿y si no recordaba su pasado y era él el asesino que estaban buscando? ¿sería capaz de matar a alguien? ¿y si aquella estrategia del otro joven no era más que una trampa bien tendida a alguien que, en realidad, aunque no lo supiera, era un ser terrible?

Se le hizo un nudo en la garganta, pero se obligó a seguir adelante. Fuera como fuese, aquel misterio terminaría por aclararse:
—De veras quiero ayudar en lo que pueda, señor O'Malley.

BELLAMY O' MALLEY

Bellamy siguió el camino con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero, escuchándolo hablar sobre Chicago - Se nota que tienes una buena vida acá, la pareja, el perro.. - él le sonrió, era algo con lo que siempre había soñado y ambos no lo habían podido concretar porque sus trabajos le consumían la vida. Podría haber tenido pareja en esos años, pero se había obsesionado tanto en su vida laboral que poco tenía que hacer cuando se le ofrecía una cita. Aunque las había tenido, una peor que la otra. Un fiasco.

La mirada chocolate de O' Malley se quedó mirando al otro cuando se paró en medio de la calle, pensativo, como si se hubiera dado cuenta de algo y un vuelco se le hizo en el corazón. Pero no, no era recordarle, era querer ayudar.

- Claro, estoy seguro que puedes ayudarme, verás, hace una semana que Aizoh, mi mejor amiga fue encontrada en su apartamento, muerta, estaba sentada en el sofá, con un libro sobre su regazo. En su cuello había una marca en espiral hecha con.. una navaja.. tengo fotos pero solo si no eres muy impresionable.. - él no podría verlas una vez más, aun le costaba aceptar que ella no volvería a abrazarle ni decirle que ya era hora de olvidar un viejo amor.

Chris

Aunque él ya había mencionado la pérdida de aquel ser querido, escucharle describir aquellas circunstancias dolió de nuevo, ¿cómo se sentiría él de encontrar a Arthur así? Apenas tenía amigos en la oficina, no amigos de verdad con los que poder hablar de cualquier cosa, pero sería duro, en cualquier caso, que uno de ellos apareciera asesinado:
—Lo siento mucho, señor O'Malley, ha tenido que ser horrible, incluso si usted trabaja con la muerte día tras día —dijo.

En aquel momento, aunque su empatía lo empujaba a sentir compasión por aquel hombre y sobre todo, por la mujer cuya vida se había perdido para siempre, había otra parte de él, que siempre había sido más poderosa, empujándolo a desentrañar las piezas de aquel puzzle:
—Comprendo —se revolvió el pelo y atisbó el pequeño hostal— ¿Por qué no alquilamos la habitación? Dentro podremos hablar más tranquilos —propuso.

Tan pronto como llegaron, pidió la habitación, pagó y subió las escaleras con Bellamy.

Habían estado juntos mil veces en habitaciones de aquel tipo, yendo de ciudad en ciudad, atendiendo siempre a las necesidades de los casos, anteponiendo siempre su trabajo a sus vidas, menos aquellos momentos en los que se olvidaban de que eran compañeros de trabajo y no amantes y las cosas se complicaban.

Pero Christopher Barton desconocía todo aquello:
—Bien, aquí estaremos más cómodos. Veamos si puedo encontrar algo de papel y boli....

Bellamy
Una vez en el motel Bellamy agradeció nuevamente la ayuda de Chris por pagarle aquello, le había prometido que ni bien llegara a su ciudad le haría una transferencia para pagarle todo lo que estaba haciendo por él. Que ni siquiera le conocía y confiaba de esa manera. Al subir las escaleras le recordó la de veces que habían subido a los besos, quitándose la ropa y aquello logró hacerlo tener calor por lo que al llegar a la habitación Bellamy ya se había sacado la chaqueta de cuero para quedar con una remera gris melange.

- Ha sido horrible, he perdido a las dos personas más importantes luego de mi familia.. - murmuró porque lo cierto sea dicho. Haber perdido a Edgard y a Aizoh era demasiado para su corazón destrozado. Y tener al primero frente a él y que éste no lo reconociera abría una brecha más importante.

Bellamy sacó de su bolsillo su móvil y busco las últimas fotografías que le había mandado su jefe de la chica y se las mostró al castaño, dejando que tomara su móvil por si solo para mirar la galería si percatarse que acababa de llegarle un mensaje de su hermana mayor Cassidy.

"Ya te has reencontrado con Edgard? El te recuerda? Avísame si te encuentras bien, te quiero, C."


Chris

Cuando Bellamy se quitó la chaqueta, algo se removió en el interior de Christopher. Puede que sus recuerdos estuvieran dañados, pero la memoria olfativa siempre es la más poderosa, y se acordaba de su colonia. Del olor de la piel de Bellamy, que tantas veces había tocado cuando no debía.

Eso hizo que se quedara sin habla unos segundos, pero en seguida se concentró en lo que tenía delante: un acertijo. Algo que, aparentemente, él podía ayudar a resolver, ¿por qué sino había ido aquel chico a buscarlo justamente a él?

La respuesta, en el fondo, estaba más cerca de lo que creía y fue imposible de obviar cuando leyó el mensaje. No debería haberlo leído, pues invadía la privacidad de la otra persona, pero lo hizo porque la lectura no era sino una habilidad automatizada, difícil de evitar incluso a voluntad.

Y por algún motivo, pensó que aquel mensaje se refería a él. Era una estupidez: aquel no era su nombre y, sin embargo... estaba aquella familiaridad de Bellamy, aquella sensación extraña en la boca de su estómago, ¿podría ser...?

No, él no habría podido ser policía ¿o sí? De haberlo sido, ¿cómo había terminado viviendo lejos, teniendo un trabajo tan distinto? Las piezas no terminaban de encajar. El mensaje desapareció y las fotos hicieron que su cuerpo se quedara paralizado, alerta, listo para atacar o correr:
—Esas marcas... no es la primera vez que las hace. Esos cortes son demasiado perfectos para ser improvisados —y también le resultaban familiares, ¿por qué?

¿Y si era él quién los había hecho? ¿Y si su amnesia no había afectado solamente a su pasado? ¿Podía acaso ser un asesino y no saberlo? ¿Por qué no se asustaba al ver aquello, como una persona normal?

Bell

Bells observaba a Christopher sin creer que al fin estaba junto a él, aunque no lo recordaba, aunque se había olvidado de los encuentros furtivos que tenían juntos. Estudio cada una de su reacciones al ver su teléfono y no vio el mensaje que le había mandado su hermana, había cosas más importantes, como los ojos del castaño, tan claros como el mar en calma, podía perderse en ellos.

- Lo sé, tenemos casos aislados donde el asesino hace los mismos cortes, todos ellos en diferentes ciudades que rodean Nueva York.. - murmuró, cerca de el, sin poder evitarlo el moreno había alzado la mano para tocar el cabello rizado de su antiguo compañero. - Te he echado de menos, Ed.. - murmuró sin pensarlo, solo dejandose llevar por lo que ese hombre hacía con él, hechizarlo, desde el primer día en que lo había conocido donde no había frenado hasta conseguir que se fijara en él. ¿Podría conseguirlo nuevamente? Enamorarlo, quizás así pudiera recordar, pero se estaba arriesgando demasiado.