Puerta de entrada.

LLega con el abogado y su hijo en brazos, abre la puerta.

Mira el lugar, en silenciio.

Sube las escaleras, a la planta alta del lugar. Una mujer anciana le sonrie. él asiente y sigue con gal en brazos.

Mira a la anciana, le sonrie amable.

Abre la puerta y entra con el hombre tras él.

Entra mirando todo alli, observador.

-Pase a la sala, ya lo alcanzo..- dice yendo a dejar a gal.

Asiente, camina directo a la sala.

Llega luego de varios dias al departamento de Black, habian sido duros dias de trabajo.

Acababa de dejar a su galán en donde Chad y Artemisa, por pedido de la pareja, estaba algo cansado y hambriento. Caminaba distraido, jugando con las llaves de su apartamento.

Toca el timbre, suspira, espera verlo.

- No hay nadie..- masculla caminando, tiene los sentidos lo suficientemente embotados como para no reconocer su aroma.

Arrastra los pies al andar, se le nota en la cara lo abatido.

Suspira, golpea la puerta ahora, preocupado.

Alza su mirada, negra como obsidiana. Lo mira y curva sus labios en una suave sonrisa.

- Deveraux, que sorpresa- murmura despacio, mirandolo de arriba abajo, con lujuriosa sed.

Sonrie leve, mirandolo.

- Que es lo que pasa Sirius? - pregunta preocupado.

Se encoge de hombros.

- Nada nuevo, acabo de dejar a mi galan donde hest y el novato, tu?- abre despacio la puerta, dejandolo entrar.

- Lo mismo de siempre.. - contesta, entrando, toma su mano, lo lleva hacia el sillon.

Entrelaza sus dedos con los de él, con sauvidad tiene las manos asperas, pasan al estar.