Island Plot - Chapter I.

T El sol abrazador hacía que su cuerpo ardiera sobre aquel pedazo de barco donde estaba tendido, todo había pasado demasiado aprisa, todo en camara rápida como si alguien le hubiera dado al boton de adelantar. Zeeran no había visto casi nada, él estaba en su camarote, leyendo un gran y pesado volumen de anatomia II. Se había quedado dormido mientras leía, lo habían invitado sus hermanos a nadar en la piscina pero lo había rechazado. ¿Es que aún no entendían que él no sabía nadar? Solo les había deseado suerte, estaba demiasiado ansioso por llegar al Africa, y nada mejor que dormir para que la espera se hiciera corta. Cuando todo se había comenzado a mover él había tardado en despertar, estaba acostumbrado a los ruidos y al movimiento, claro, conviviendo desde que era un bebé con Kairos y Lua sabía ya que todo podía pasar. Pero la conmoción no ameinó y cuando cayó contra el techo del camarote supo que eso no era algo de todos los días. Cuando salió de allí todo era un caos, la gente corría desesperada, tomando niños en sus espaldas, gritando a todo pulmón que se hundían. Con rapidez tomó su mochila maletín de la cama y salió al exterior. Los grandes y brillantes ojos del castaño, sorprendidos buscaron a sus hermanos entre el alud de personas pero no pudo reconocer a ninguno porque lo empujaron hacia adelante, tuvo que correr para que no lo derrumbasen. Debía encontrar a las chicas y a su mellizo. No podía seguir a la corriente sin ellos.

- Luaa! Jazz! - gritó mientras se volteaba, la gente lo golpeaba pero eso no era un obstáculo, saltó hacia las velas y tomando una cuerda se deslizó para ver todo desde allí. Pero como se había dicho antes, sucedió muy rápido, mientras él colgado el barco dió una sacudida, giró y comenzó a hundirse, enterrandolos a casi todos dentro. Zeeran se tiró al mar ni bien pudo hacerlo, llevandose el ala de aquella bandera con él. Ya habían pasado horas de todo y a pesar de esperar que ellos aparecieran riendose y diciendole que todo había sido una grosera broma no lo hacían. Estaba en problemas y si no fuera por aquello que lo sostenía a flote ya no hubiera podido contar la historia.

Lo había visto venir desde el primer momento, ese ruido en la popa del barco no indicaba nada bueno en lo absoluto. Primero un sonido estridente pero seco, luego uno como de filtración. El barco dio una sacudida y la infraestructura del mismo comenzó a inclinarse. Buscó a Shenae con la mirada, ella estaba al borde de la piscina, sentada sobre una reposera vistiendo un vestido veraniego pero bastante largo. Cruzaron miradas a la vez, alertas y su hermana guardó su libro en su morral con rapidez, todo elemento a su alcance lo metió allí, aprisionándos desordenadamente. Klaus giró su rostro, el agua de la piscina se escapaba por los bordes debido a la inclinación, y ahora no podía ver a Lua por ningún lado. La llamó en un grito, pero su llamado se perdió entre los chillidos de la muchedumbre. El castaño se hundió y con los párpados abiertos buscó a su hermosa castaña con desesperación, dando brazadas enormes. Reconoció su traje de baño por el color, la aferró de la cintura y la arrastró hacia la superficie nuevamente. No había tiempo para explicaciones, Klaus la sacó el agua sin soltarla un segundo, Shenae ya estaba junto a él. ¿Dónde estaban los hermanos Marsden que no los veía por ningún lado? ¿Dónde estaba Zeeran?

Otro sonido, pero estruendoso ahora, como de mil astillas quebrándose. El mismo pudo observar como la punta del mástil empezaba a desquebrajarse en lo alto, como la popa se llenaba de agua hacia su derecha lejana. ¿Cómo había sucedido esa tragedia en tan pocos segundos? - ¡Debemos saltar! - Les gritó, su mano izquierda tomaba a Shenae, pero no la notaba nerviosa a su lado, sino segura y apresurada, a la expectativa. Klaus jaló a las muchachas hasta el límite de babor, Shenae se lanzó primero en clavado y luego, rogándole que no se soltara de él, Klaus se lanzó junto a Lua. No importaba si la castaña sabía o no nadar, él necesitaba sentir sus brazos alrededor su cuerpo, necesitaba saber que no la perdería. Con su hermana era distinto, no tenía dudas que Shenae le seguiría el paso sin problema alguno.

- No mires atrás - espetó a su hermana que acababa de detenerse, la impulsó hacia adelante adivinando sus intenciones de volver. Las olas estaban turbias por el movimiento del barco, Klaus no supo decir cuánto tiempo nado aferrando a Lua a su espalda, topándose con vestigios de la embarcación en su camino, hasta que se lanzó sobre un trozo de madera y perdió la consciencia por el cansancio y con demasiada agua en su interior. Ni siquiera así, medio inconsciente medio dormido, soltó a Lua, a quien aferraba fuertemente por la cintura.

La noche estaba estupenda para la fiesta que se habían montado en las piscinas del barco, estaba segura que su idea de seguir a Zeeran en ese viaje era la mejor. Lua había animado a todos a ir con ella, hasta a Shenae le había prometido que le presentaria a un chico para que los acompañase. Aunque estaba segura que la chica solo había aceptado por cansancio y no por otras intensiones era mejor no decir nada. La pelirroja se había colocado n vestido playero bastante corto sobre su traje de baño, la estaban pasando bastante bien. Su hermoso moreno había salido del agua para ir a valla uno a saber. Nadó de lado tranquila, el agua comenzaba a vibrar bajo ella por lo que algun gracioso seguramente debería estar haciendo alguien. Se sumergió hasta el fondo en busca de lo que podría estar sucediendo cuando todo empezó a moverse, el agua la movía de un lado al otro, intentaba subir a la superficie pero parecía que aquella tina quería tragarsela de veras. Frente a la desesperación Lua miró hacia todos lados hasta que Klaus se interpuso en su camino, abrazandola y sacandola de aquel sitio, al subir tomó aire sin soltar a su novio, haciendose pequeña en sus brazos. - Cielo, que está pasando? - preguntó en su oído, nadie parecía asustar nunca a Lua, pero en ese momento, habiendo estado a punto de ahogarse estaba sumisa y por completo confusa. Miró a Shenae y ésta se les unió en la carrera que emprenderían minutos luego. El barco se estaba hundiendo, ahora lo comprendía todo. Mientras los tres saltaban al mar y es que su mente trabajaba lenta, gritó, se desesperó en el aire al darse cuenta que sus hermanos estaban a bordo tambien. ¿Cómo había sido tan tonta de dejarlos? Observó sobre el hombro de Klaus como el barco comenzaba a ser parte mismo del oceano y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. - No podemos dejarlos.. - susurró mientras apoyada sobre la espalda de su moreno abanzaban despacio junto a la otra morena.Lo salado y helado del mar hacían que perdiera temperatura y perdiera la conciencia antes de llegar a la orilla.

Lua despertó horas despues sintiendose arder y mientras se sentaba en la arena todo comenzaba a encajar perfectamente. Shenae estaba a su lado, seguramente igual de sucia que ella, miró hacia su izquierda y su corazón dió un brinco al ver a Klaus tendido con ella. Acarició su mejilla quitandole la arena. - Cielo, vamos levantate.. - le pidió dandole pequeñas palmadas en su pecho, abrazandolo a ella al ver que no reaccionaba. Puchereó mirando a Shee de reojo. Primero eran sus hermanos y ahora él. ¿Qué mierda había hecho para que todo saliera así?

Ella ni siquiera había querido ir a ese lugar. Agradecía sinceramente las intenciones de su hermano y su novia, el querer que socializara más y todo eso, pero no, probablemente nunca sería lo suyo. Había terminado aceptando porque su cuñada no la dejaría en paz hasta que aceptase, y además, ir a África debía resultar una experiencia interesante. El viaje en barco era probablemente lo mejor de toda la travesía, saber que con sólo elevar la vista de su libro unos centímetros ya tenía el mar rodeándola la fascinaba. Había tomado un libro de plantas acuáticas cuando Lua la invitó a la piscina del barco, invitación que sutil y amablemente rechazó. Pasó la hoja que daba fin al primer capítulo y todo el estruendo comenzó.

Había oído situaciones similares muchas veces, Klaus y ella tenían muchos conocidos navegantes, pesqueros, nadadores, etc, etc, que contaban anécdotas a las que habían sobrevivido o historias que les habían contado. No se dio el lujo de la duda, pues suponía... no, estaba segura de lo que vendría a continuación. Buscó la mirada de su hermano y cuando se cruzaron, el barco dio su primer inclinación notable. La popa se estaba hundiendo, y los ruidos de madera y metal rotos cortaban el ambiente como tijeras. Atinó a recoger todo lo que tenía a su alcance mientras Klaus buscaba a Lua. Respira hondo, Shenae, respira hondo. Nada malo sucederá. Ayudó a la castaña y a su hermano a subir por el borde de la piscina y corrieron hasta babor juntos. Se lanzó en picada al mar, sintiendo el agua fría que estremecía su cuerpo, la sal quedándose plasmada en su piel.

Los gritos perdidos de su cuñada la impulsaban pensar en la tragedia, pero el movimiento concentrado que tenía al nadar le dejaba la mente en blanco. Eso ea lo bueno de dar un par de brazadas, uno se olvida de todo. Shenae fue la única que no perdió la consciencia en ningún momento. Cuando estaba a punto de rendirse, debido a que no sólo estaba cansada sino que se veía obligada a ir empujando a Klaus, quien a su vez sostenía a Lua, consiguió ver un poco de tierra a lo lejos. Era una isla, o eso parecía porque era demasiado pequeña a simple vista. Observó con los ojos abiertos bajo la superficie, y un arrecife envolvía el lugar. La castaña impulsó los cuerpos sobre la tierra, apenas pasando la orilla y se fundió en la arena tratando de respirar, de asimilar lo sucedido.

Siempre le servía ser clara y concisa cuando la situación la sobrepasaba, así que se dispuso a serlo. Íbamos camino a África, eramos un grupo de ocho, ahora somos tres pues el barco de hundió. Mi hermano esta inconsciente y también mi cuñada, por su respiración sólo están desmayados. Estamos en una isla que no aparenta civilización y no puedo ni moverme. Maldijo en tres idiomas distintos en voz baja, justo cuando Lua comenzó a hacer sonidos a su lado. - No te preocupes Lu, sólo está desmayado. Estoy segura de que tragó más agua de la cuenta. - Murmura, poniéndose de pie con dificultad. Por los surcos en sus ojos, al expresión falta de descanso y el exceso de comprensión dibujados en su rostro podía notarse que ella no había cedido al mundo de los sueños. Rodeó a su hermano y se arrodilló a su lado, cruzando sus manos en una cruz y apretándolas sobre su pecho desnudo un par de veces. - Dale aire... - pidió con parsimonia. Shenae se estaba obligando a no perder el control, y de hecho lo hacía muy bien, sabía que enloquecerse sería estúpido. Si Maud estuviese allí ya estaría corriendo por los alrededores como una desquiciada. Klaus abrió los ojos de sopetón, dando una gran bocanada de aire. Se ladeó sobre su espalda y comenzó a escupir agua sofocada en sus pulmones. - ¿Estas bien, Kla? - le preguntó poniendo su mano en su hombro unos momentos, así parecía su madre más que su hermana. Una vez que se aseguró de que estuviesen bien los dejó a ambos especulando y alterándose mientras se ponía de pie a observar la vegetación cercana, el sabor del agua. Todas eran indicaciones, todo era útil.