Salón de estar.

Entra a la sala de estar, espera a Black, parado, mira por la ventana.

LLega, arrastrando los pies casi.

- Quiere beber algo?- pregunta mirandolo.

Niega lento, sin mirarlo aun.

Suspira, se sienta y apoya su rostro en sus manos.

Se sienta frente a el.

- Soy todo oidos.. - murmura, sin prisa.

-No quiero perderlo..- masculla con los labios apretados, con los ojos cerrados,

- No lo perderas.. - le asegura, sabe de su temperamento en cualquier tribunal, y siempre consigue lo que quiere.

-No lo meteré en una cosa cmo un juicio..- le aclara- Si él quiere ir con ella lo hara, cuando y como quiera..- le dice. Suspira, se quiere morir.

- Hay que ver entonces que es lo que quiere el pequeño, pero en la condicion de Granger ni creo que pueda hacerse cargo asi.. - murmura, pensando.

- No la quiero cerca..- gruñe.

- No la tendras entonces.. - maquina todo en su cabeza.

-Deja las cosas así..- puede ver claramente lo que qiere hacer, y no le hara algo así a su hijo. Sabe que él debe elegir.

Lo mira a los ojos, profundo y serio.

Abre los ojos para mirarlo. Son oscuros, penetrantes.

- No se como ayudarte.. - lo tutea, mirandolo.

Suspira despacio.

- En este momento creo que cualquier cosa puede ayudarme.. como matarme, vampiro..- increiblemente realista como siempre.

Se acerca siguiloso, sentandose a su lado, deja que recueste su cabeza en su regazo.

Se acomoda, con su rostro arriba, cierra los ojos, sintiendo el aroma de aquel hombre.

Acaricia su cabello, despacio, pensativo.

Suspira despacio, esta ido. Su mente no deja de ir y venir. De una cosa a la otra, vertiginso.

Respeta ese momento, sin entrar en su mente, solo lo mima.

Deja su mano en su propio pecho, despacio. Alli cuelga una cadenita fina, que tiene una chapita, cmo si fuera parte del cuerpo militar, con los datos de su hijo.

Lee la el dije de la cadenita en silencio, sonrie dulce, niño.

Suelta un suspiro, entre cansado y trsite. Aprieta los ojos. Vuelve a quedarse quieto.